A continuación reproducimos 4 extractos sobre los movimientos del 68 y la participación libertaria. El primero producido por la Confédération Nationale du Travail-AIT, y traducido por José. El segundo escrito por Pablo Echeverría de Argenpress, “Los movimientos estudiantiles de 1968 rompieron costumbres y métodos autoritarios”,fue publicado en Rebelion.org el 3 de octubre de 2009. El tercero es un texto anónimo explicativo del mayo francés. El cuarto se extrajo del trabajo “Guerrillas autónomas en Italia” de Barricada Libertaria.
“La CNT-AIT en el mayo 68” Por la Confédération Nationale du Travail-AIT. Traducción de José. Domingo 4 de octubre de 2009 Del 68, la historia ha sido escrita y sobre todo reescrita. Numerosos comentaristas lo arreglaron a su conveniencia, sacando a la luz lo que salió bien y “olvidando” analizar los fracasos de algunas elecciones estratégicas, y sin embargo masivas, del 68 y sobre todo de después del 68 que, desde la “Izquierda proletaria” y el maoísmo hasta la entrada masiva de “revolucionarios” en la C.F.D.T. pasando por el confusionismo tipo P.S.U., contribuyeron ampliamente a destruir el movimiento social en los años 70. Para no caer en el mismo defecto, nos pareció más sano publicar esencialmente lo que se podría llamar “el documento bruto”, es decir, artículos de la época con solamente los comentarios necesarios para devolverlos a su contexto, a los que añadimos una corta reflexión a manera de conclusión. Los artículos se han tomado de “Le Combate Sindicaliste” y sus suplementos. Existen otras fuentes documentales, en particular el diario “Espoir”, que aparecía en la época en Toulouse, publicó en caliente una serie de análisis de militantes de la C.N.T.-A.I.T. Los interesados en hacer un verdadero trabajo de historiador podrán seguramente encontrar material bastante abundante y pertinente. Pero vayamos a nuestro objetivo... 1 - ¿GOLPE DE TRUENO EN UN CIELO SERENO?Después de las turbulencias causadas por la guerra de Argelia, los años que precedieron mayo del 68 fueron muy tranquilos aparte de algunos conflictos localizados (como las huelgas de mineros en el 63). Las fuerzas políticas y sindicales estaban relativamente estables. El gaullismo parecía inquebrantable. Si el P.C. ya había comenzado su lenta erosión, controlaba completamente fuerzas numerosas, en particular la C.G.T. que seguía siendo poderosa en los años 60. La C.F.T.C., convertida desde hacía poco, en su mayoría, en C.F.D.T. tenía un discurso moderado. La C.N.T. tenía una existencia simbólica. La revolución estaba menos que nunca a la orden del día. En este contexto, el análisis de la situación que publica, bajo el título “Viva la Acción Directa”, el C.S. del 22 de febrero del 68 [1] es premonitorio y del todo remarcable. Las conclusiones describen con bastante precisión, anticipándolas, algunas de las características de mayo del 68. “VIVA LA ACCIÓN DIRECTA” Nantes, 20 de enero de 1968: “La instalación del nuevo consejo de administración de la Caja primaria de seguridad social dio lugar a una manifestación de las uniones locales de los sindicatos obreros. C.R.S. (antidisturbios) venían a prestar fuerte apoyo a los guardianes de la paz, se lanzaban diferentes proyectiles sobre las fuerzas de policía y se hacían las primeras advertencias”. Redon, 20 de enero de 1968: “Los obreros de la fábrica Jean GARNIER, fábrica de maquinaria agrícola, en número de alrededor de quinientos, pararon otra vez el jueves por la noche y recorrieron la ciudad. Lanzaron de nuevo algunas piedras y pernos contra las ventanas del apartamento particular del sub-prefecto y de la gendarmería”. Caen, 24 de enero de 1968: “El clima se endureció en Caen. Cerca del hospital, la policía quiso barrer de la carretera a los obreros que llegaban codo con codo. El choque fue violento con los manifestantes armados con trozos de madera... Otra escaramuza había tenido lugar por la mañana sobre la nacional 13 a la entrada de Caen, donde la guardia motorizada tuvieron que despejar la carretera bloqueada durante treinta minutos por los obreros en huelga de la Sonormel”. Angers, 27 de enero de 1968: “Varios centenares de viticultores se manifestaron contra las condiciones de aplicación del TVA (IVA) a su profesión... Fue entonces cuando estallaron algunos incidentes, los manifestantes lanzaron petardos en el patio de la prefectura. A continuación un centenar de manifestantes, a pesar del orden de dispersión, se dirigieron hacia la estación e invadieron las vías. A las 18:30 se bloquearon así dos trenes”. Caen, 27 de enero de 1968: “La manifestación organizada en Caen el viernes a medio día para apoyar las reivindicaciones de los obreros metalúrgicos en huelga se prolongó por la tarde con verdaderas escenas de motines. Hubo 18 heridos, 86 personas, jóvenes en su mayoría, fueron detenidos. Pero desde que el desfile se formó se advertía muy rápidamente que algunos manifestantes, especialmente los jóvenes, estaban muy acalorados. Estos manifestantes apenas disimulaban sus intenciones: tenían a la mano barras de hierro y los bolsillos cargados de proyectiles. Los antidisturbios aparecieron pronto lanzando granadas lacrimógenas. Caída la noche, durante tres horas se multiplicaron los altercados en el centro de la ciudad. Al mismo tiempo, escaparates, semáforos, paneles publicitarios eran destrozados, coches dañados. El B.N.R fue lapidado, un camión de neumáticos fue presa de las llamas.” (...) Caen: testimonio de “detenido”: “Se nos encierra a cuarenta y cinco en un “calabozo” de 3 metros de largo y 2,5 de ancho hasta las 4 ó 5 de la mañana. Asistimos a palizas un poco serias: golpes de culata en los riñones, en el cráneo y la cara, patadas en el vientre y los genitales. Un obrero portugués fue apaleado tres veces, fueron necesarios cubos de agua para restablecerlo.” Se podría proseguir esta enumeración, se podrían citar muchos otros ejemplos de acciones directas realizadas últimamente por los trabajadores de todos los sectores de actividad, pero parece mucho más útil analizar los hechos y sacar una serie de conclusiones: 1 - El empuje revolucionario va intensificándose: Los acontecimientos que se desarrollaron en Caen lo demuestran: los primeros choques violentos con las fuerzas del orden, lejos asustar a los trabajadores, les permiten tomar conciencia de su fuerza y aumentar su confianza en la fuerza colectiva que representan. Así las manifestaciones siguientes son no solamente más violentas aún sino mejor dirigidas, más eficaces. Cuando las organizaciones sindicales reformistas organizan manifestaciones monstruo pero pacíficas, los trabajadores no sacan ninguna experiencia válida, precisamente porque estas manifestaciones no son más que “demostraciones” y no permiten de ninguna manera a los trabajadores medir su potencia de acción directa. Ahora bien, no lo olvidemos, la victoria de las reivindicaciones obreras está condicionada por la relación de fuerzas existentes en la sociedad capitalista y es fundamental que los obreros puedan tener la ocasión de medir estas relaciones de fuerza para tomar conciencia de que en definitiva son ellos quienes pueden ser los más fuertes. 2 - La acción directa desborda a los dirigentes sindicales reformistas: Son muy a menudo los movimientos de última hora, cuando se terminan “oficialmente” las manifestaciones, cuando los dirigentes reformistas dan la orden de dispersarse, los más violentos y los que toman un carácter claramente revolucionario. La explicación es simple: las reuniones, desfiles, etc. organizados por los sindicatos “oficiales” dejan a los trabajadores en las mismas condiciones de miseria. (...) 3 - La acción directa es a menudo llevada a cabo por jóvenes militantes: Nosotros tenemos la señal de que el sindicalismo reformista, de diálogo y de colaboración de clase, si puede satisfacer aún a los viejos militantes tradicionalistas no corresponde en absoluto a las aspiraciones y a las exigencias del “ascenso” de los jóvenes. La renovación de la masa de los sindicados por la llegada de los jóvenes al mercado laboral en un momento especialmente difícil (desempleo, etc.), parece deber hacer estallar el sindicalismo reformista y colocar a los sindicatos tradicionales en su verdadero lugar, detrás del empuje revolucionario de los trabajadores. 4 -Los militantes de provincia, menos sumisos a la burocracia, aventajan a las direcciones reformistas parisinas: Es un hecho que la mayoría de los movimientos reivindicativos potentes que llevaban a la práctica la acción directa de los trabajadores contra el capital y la patronal se desarrollaron en provincias (Rhodiaceta en Lyon, el SAVIEM en Caen, etc.). Es cierto que la disparidad de los salarios entre la región parisina y las provincias exaspera a los trabajadores de las provincias. Pero se puede también contemplar el hecho de que en París los movimientos reivindicativos son estrechamente canalizados por las direcciones sindicales reformistas y que esta influencia se difumina en las ciudades de provincias. París debe lanzarse también a la acción directa ya que es en París, donde se encuentran concentradas las autoridades públicas y las direcciones patronales, donde la acción tendrá más resplandor y será más eficaz. 5 - La acción directa no se opone solamente a la patronal sino a todo lo que representa el capital y el Estado: En Caen, los obreros atacaron el B.N.P., símbolo del poder del dinero, de la soberanía del capital sobre los trabajadores. Golpearon también la Cámara de Comercio. “Le Monde” del 7-2-68 escribe: “He aquí las bases mismas de la sociedad puestas en entredicho”. Y es verdad que la satisfacción de las reivindicaciones obreras y la emancipación de los trabajadores no pueden, en definitiva, concebirse sino a través de una reorganización de la sociedad, una refundición de las estructuras sobre el principio de la igualdad económica y social. (...)» Algunas semanas más tarde (14 de marzo del 68), con un análisis menos avanzado, el C.S. vuelve de nuevo sobre la cuestión y afirma, bajo el título “EL VOLCÁN RUGE” que la situación es similar a la de 1936, lo que anticipa las cosas igualmente. «EL VOLCÁN RUGE Algunos camaradas nos han escrito para pedirnos que hagamos una declaración pública que situando la posición de nuestra Confederación ante las dificultades siempre crecientes del del trabajo. Nos es fácil responder que nuestra posición sigue siendo la misma de siempre: que somos más que nunca fieles partidarios del sindicalismo auténtico de nuestros antecedentes (Bakunin, Varlin, Pelloutier y tantos otros); que el federalismo es para nosotros la forma de organización social más perfecta. Y partiendo de estas afirmaciones, nuestra posición ante los problemas angustiosos que estrechan a la humanidad no se presta a ningún equívoco. Tanto a nivel nacional como internacional la C.N.T se declara contra todas las guerras, todas las dictaduras, todas las especulaciones, los privilegios, las jerarquías; condena toda forma de racismo, de espíritu religioso y dogmático, toda creencia ciega e irracional. (...) Es necesario ser ciego o con mala fe para no ver que el volcán ruge, el malestar se extiende a todas las clases trabajadoras y a todos los países, los propios capitalistas sienten una especie de inquietud pensando en lo que pasará mañana y los diarios económicos hablan “de la fiebre del oro”. Los periódicos están llenos de distintos hechos que señalan sobre todo el drama social. (...) No se trata de lamentar las insuficiencias de tal o cual gobierno, de tal o cual ley, de tal o cual plan; lo que hace falta es la cohesión, la reagrupación de todos los trabajadores para denunciar, ciertamente, las iniciativas criminales de nuestros explotadores, pero sobre todo para contradecirlos, para destruirlos y crear un ambiente más respirable, más fraternal y más humano. Será entonces una verdadera lucha social... Una revolución. Pero escuchemos lo que decía DELMAS, una sindicalista de 1936: “Los que querrían hoy descartar la revolución económica, indispensable e inevitable, para volver a llevar al sindicalismo obrero a emitir reivindicaciones limitadas, no se dan cuenta de la situación general”. Estamos en una situación similar a la de 1936, al menos por lo que se refiere al marasmo económico; en el ámbito de la política, siempre sujeto al capitalismo internacional, Hitler y Mussolini han desaparecido pero sigue habiendo aún suficientes Francos y Boumédiennes para controlar los pueblos y ensangrentar a la humanidad. “Cuando uno tiene cuidado de comprender exactamente el tamaño de la tarea considerable a la cual se debe afanar sin tregua, entonces los pasos adelante, las victorias transitorias, son un consuelo para los trabajos más decisivos” decía Griffuelhes.» Los acontecimientos que algunos militantes de la C.N.T. presienten exigen un esfuerzo de organización. El 23 de marzo del 68, los jóvenes de París [2] publican en el C.S. una llamada a los anarquistas y a los sindicalistas revolucionarios para que pongan los medios de responder a las necesidades que no van a tardar en aparecer, incorporándose a la C.N.T. [3] «Los hechos ponen de manifiesto que anarquismo y sindicalismo revolucionario se suplementaron perfectamente para dar nacimiento a un arma y a una doctrina específicos: el anarco-sindicalismo (...) es en el interior de las masas explotadas, porque él mismo es un explotado, donde el anarquista debe llevar su combate, donde debe actuar, educar, organizar. Es con las masas explotadas con quien los anarquistas harán la revolución o bien la revolución anarquista no tendrá lugar. Esta lucha llevada en el interior de las masas con los trabajadores, el anarco-sindicalismo es la vía al mismo tiempo que puede pasar a ser, como lo mostró la experiencia de nuestros camaradas españoles, un potente medio de organización y de educación. En la actualidad, el sindicalismo oficial está a un paso convertirse en un sindicalismo de Estado, integrado en el aparato de coerción burgués, un medio para los capitalistas de llevar sujetos a los trabajadores y de canalizar sus esfuerzos de emancipación. El sindicalismo reformista se integra tan bien a las estructuras capitalistas que está a punto de convertirse en uno de los Pilares de la sociedad burguesa. Que, durante las huelgas salvajes, los burócratas del sindicalismo reformista se enfrenten con los trabajadores revolucionarios ilustra perfectamente el papel contra-revolucionario que se preparan a desempeñar los sindicatos llamados “representativos”. Pero la desconfianza creciente de los trabajadores respecto a los burócratas reformistas, partidarios de la jerarquía de los salarios hoy y quizás esquiroles mañana, pone de manifiesto también que en el movimiento obrero una tendencia sindicalista se afianza. Es para afirmar y desarrollar esta tendencia por lo que deben luchar hoy los anarquistas, porque es el único medio para ellos de actuar en y con las masas, de propagar y consolidar en contacto con la realidad la doctrina anarquista. Pero emprender esta tarea, como algunos quisieron hacerlo en el seno de las organizaciones sindicales reformistas, es un señuelo. Esto es, o bien hacerse excluir a corto plazo, o bien dejar de ser revolucionario. En 1906, el sindicalismo oficial estaba aún en plena gestación, hoy está completamente podrido. A lo que os invitamos es a venir a construir con nosotros, sindicalistas revolucionarios de la C.N.T., una verdadera central sindical trabajadora y a anarcosindicalista. (...)» 2 - LOS ESTUDIANTES ENTRAN EN ESCENAReflejo heredado del pasado, en los artículos anteriores, la atención de C.N.T. se centra en „los trabajadores“. Es necesario decir que los jóvenes poseían su propia estructura: las Juventudes Sindicalistas Revolucionarias - C.N.T. Desde enero de 1968, las JSR publicaban un número especial del C.S., específicamente consagrado a los “Jóvenes cara a la sociedad neocapitalista”. La editorial plantea claramente el problema: «El futuro de la sociedad en la cual vivimos depende, en gran medida, de las opciones que serán las de la juventud ante los problemas que ella tiene y sabrá solucionar. Y estos problemas son numerosos porque la sociedad capitalista es una sociedad de COMPETENCIA furiosa, es decir, una sociedad antisocial que recurre al individualismo egoísta, al arribismo, antes que a la ayuda mutua y la fuerza COLECTIVA de los hombres que, teóricamente, es los fundamentos de toda sociedad. El número de jóvenes aumenta regularmente, el desempleo aumenta también regularmente: he aquí una de las contradicciones fundamentales de la sociedad capitalista. El desarrollo de la automatización debería no sólo suponer la reducción de los horarios de trabajo sino también el aumento de la duración de los estudios y sobre todo del número de los estudiantes: la liberación de las obligaciones del trabajo material permite entrever perspectivas para el desarrollo intelectual y cultural de todos. Pero, para el capitalismo, una sola cosa es importante: realizar beneficios. Por ello, desde el punto de vista burgués, el problema de la juventud es más o menos el siguiente: ¿cómo insertar en el ciclo económico capitalista esta masa de jóvenes de tal manera que se consiga el máximo de beneficios? La orientación actual de la enseñanza responde en parte a esta preocupación. Con todo, es otra cosa lo que los jóvenes quieren: ellos “se mueven”, de una manera o de otra, fermentan, burbujean, estallan a veces. Pero, en su búsqueda de “otra cosa” a menudo ciega, ellos son en su mayoría los más vulnerables a todas las formas de acoso intelectual, de “lavado de cerebro”, que utiliza la sociedad de consumo capitalista (radio, televisión, modas diversas, publicidad, prensa, etc.). Es modelando a los jóvenes, solicitándolos de todas partes, triturando su personalidad naciente como el régimen capitalista los hace adultos alienados, trabajadores resignados, esclavos modernos. Es a través de la REVUELTA CONSCIENTE Y ORGANIZADA que los jóvenes podrán realizar mañana el socialismo auténtico.» Las J.S.R. elaboran a continuación un análisis del mundo estudiantil en el cual se colocan voluntariamente fuera de un determinado medio estudiantil. Lo que cuenta para ellos, es ante todo la posición de clase. Por lo tanto, no es asombroso que -vista la composición mayoritariamente burguesa de los estudiantes en mayo del 68- no sientan más que desprecio por el hedonismo y el folclore del medio izquierdista estudiantil. Sólo ven “niños de papá” que pasan allí su crisis de adolescencia. Si estos análisis a posteriori se revelaron justos en parte (uno puede pensar en las posiciones que ocupan hoy los Serge July, Alain Geismar y otros Cohn Bendit...), su tono grave y serio (por no decir sentencioso) les impidió ciertamente percibir lo que había de innovador en el movimiento que se anunciaba. «ESTUDIANTES Nuestro objetivo no es aquí trazar una vez más el cuadro de la realidad universitaria en su aspecto material: aglomeraciones y desorganización durante las inscripciones, insuficiencia de locales y, sobre todo, de profesores, etc. Todo el mundo lo ha dicho y redicho, y la U.N.E.F. [4] no pierde ocasión de repetirlo: intervenciones en los Trabajos Prácticos y en los cursos, coloquios, etc. Se distribuyen numerosas octavillas, firmadas por la U.N.E.F., pero igualmente todas las organizaciones “de izquierdas” encuentran audiencia en los estudiantes, unas diciéndose aún revolucionarias, otras ni se toman ya siquiera esta molestia. [5] Las cifras se añaden a las cifras para constatar las carencias del “poder gaullista” y las reivindicaciones giran sobre todo en torno a dos cuestiones: la selección de entrada en la universidad, el control de asistencia a los trabajos prácticos. Es en estos dos problemas donde se cristaliza la contradicción inherente a todo “sindicato de estudiantes” en el marco del sistema actual. En efecto, ¿quiénes son los estudiantes? Todos sabemos que los hijos de los obreros y de los empleados acceden en una cantidad insignificante a los estudios superiores. Por otra parte, el problema estudiantil no se resuelve en las cuestiones específicamente estudiantiles: el estudiante es un ADULTO y debe ser considerado como tal: debe poder, si quiere seguir siendo un ser completo, llevar una vida social normal, fundar una familia, vivir y no “subsistir” como un “asceta” en la más completa indigencia moral y material, solamente con el fin de llegar al final de sus estudios transformados así en verdadero sacerdocio y no teniendo ya ninguna relación con la realidad. Dicho esto, todo indica que actualmente los únicos individuos que pueden proseguir en condiciones válidas sus estudios son los representantes -jóvenes, por supuesto, pero representantes a pesar de todo- de una única clase: la BURGUESÍA. De cualquier forma, está bien claro que en una sociedad de clases, es decir, en una sociedad donde la gestión económica y social es monopolizada por una clase dada y en la cual el producto del trabajo es igualmente monopolizado, la formación que permite acceder a los puestos de dirección no puede ser tampoco más que una formación de CLASE. Pero, diréis vosotros, hay a pesar de todo en la universidad algunos hijos de obreros y empleados así como cierto número de estudiantes asalariados, y es por ellos por quien debemos evitar la selección y el control de asistencia. Por supuesto, existen. Pero, ¿quiénes son? Una minoría de individuos que se pelean, que pretenden, en última instancia, “colarse”, subir en un vagón señalado como “reservado”, escalar en la pirámide social, pasar de una clase a otra y, a menudo, rechazar sus orígenes proletarios y abandonar la lucha de su propia clase de origen. ¿Cuáles son pues las reivindicaciones de los sindicatos de estudiantes? No a los exámenes, no a la selectividad. ¿Y entonces? ¿Piensan que no asistir a los Trabajos Prácticos (mientras que, por otra parte, ellos los reclaman a voz en grito) puede constituir una ventaja para un estudiante que trabaja en el exterior, mientras que al contrario se trata aquí del único contacto que puede tener con la facultad? ¿Piensan que esta “libertad” que se les concedería podría serles ventajosa? Todo estudiante serio no puede verlo sino como pura demagogia. En cuanto a la selectividad, hace también derramar mucha tinta y todos los sindicatos se ponen de acuerdo para denunciarla como una medida “antidemocrática” (habría por otra parte que ponerse de acuerdo para definir la democracia, pero este no es aquí nuestro propósito). Su argumento favorito: “No podemos aceptar una selección que sería, en el contexto actual, una eliminación, al final de la secundaria, de los individuos desfavorecidos por su herencia cultural, por lo tanto representantes de las capas sociales desfavorecidas.” En primer lugar, si es cierto que el concepto “de herencia cultural” es una realidad, se puede pensar que no juega ya un papel tan importante en el nivel de segundo de bachillerato y que cede el lugar a problemas mucho más materiales. En gran parte, la selección en forma de examen (inteligentemente concebido por supuesto) sólo afectaría realmente a los menos dotados. Y uno no puede impedir pensar que afectaría precisamente a un cierto número de estudiantes caprichosos, que hacen algunos estudios a la espera, para las chicas, de un matrimonio “feliz” y, para los muchachos, de heredar la fábrica de papá o también, para los dos, de entrar “por enchufe” en tal o cual profesión bien remunerada. En este sentido, ni la selectividad ni el control de asistencia parecen “antidemocráticos”. En cualquier caso, todo esto no excluye que los problemas existan, pero MÁS GRAVES Y MÁS PROFUNDOS que los que agitan todos los sindicatos “representativos”. No se trata en efecto de “adaptar” la universidad burguesa, con ayuda de algunas medidas más o menos demagógicas, para permitir más mal que bien a algunos estudiantes pobres llegar hasta el final de sus estudios. Se trata de permitir REALMENTE a TODOS, es decir, a todos los que tienen realmente el deseo y las capacidades, tener la posibilidad de hacer sus estudios en las mejores condiciones posibles. Y es aquí donde el problema estudiantil se incorpora al problema social en general, el problema de la TRANSFORMACIÓN REVOLUCIONARIA DE LA SOCIEDAD BURGUESA. Querer “arreglar” la universidad burguesa actual, es querer “arreglar” la sociedad burguesa misma, “arreglar” el Capitalismo: éste no es y no puede ser nuestro papel.» Este folleto, publicado en enero de 1968, se termina con esta declaración, verdadero anuncio premonitorio de los acontecimientos de Mayo: «...la juventud estallará como la caldera de una máquina de vapor, la juventud no tiene salida en Francia, ella amasa una avalancha de capacidades desconocidas, de ambiciones legítimas e inquietas. ¿Cuál será el ruido que sacudirá estas masas? No lo sé, pero se precipitarán en el estado actual y 1o reinvertirán.» En cuanto los estudiantes comienzan a moverse, la C.N.T. como tal se hace eco. Así pues, en el C.S. del 16 de mayo: «A LOS ESTUDIANTES REVOLUCIONARIOS Saludamos vuestra lucha contra la esclerosis y la rutina burguesa de las universidades. Comprendemos vuestra angustia en lo que concierne a vuestro futuro y compartimos vuestra cólera contra una sociedad incapaz de cubrir las necesidades más legítimas de los seres humanos, mientras esperamos la era de la abundancia. Este descontento profundo y plenamente justificado que manifestáis, con tanto valor a pesar de la represión policial, aún no ha encontrado quizá el eco que merecía entre los trabajadores y aún así... Ya se trate de los trabajadores de la tierra, mineros, metalúrgicos y gente de la mar, hay en todos un sentimiento de oposición a todas las contradicciones y las insuficiencias del régimen de explotación y beneficio que nos rigen, pero falta la preocupación indispensable de una acción coordinada, de una lucha común. (...) Ante la represión del Estado, a la demagogia de los partidos políticos y a falta de organismos oficiales para solucionar los problemas penosos que se presentan a la juventud, todos los trabajadores deben asociarse a la acción de las juventudes estudiantiles. Basta de reformas, queremos una verdadera revolución social.» 3 - ¿QUÉ HACER?En el número siguiente, (23 de mayo del 68), el C.S., que se titula “el futuro es de los jóvenes” informa de las violencias policiales, publica un folleto del Movimiento del 22 de marzo y analiza el desempleo generado por la tecnología. [6] Rápidamente, el movimiento de los estudiantes se extendía como el aceite. Hubo pronto 9 ó 10 millones de asalariados huelguistas, fábricas ocupadas, manifestaciones por todas partes. En esta mezcla heteróclita, se hablaba de autogestión, revolución, liberación personal [7] y colectiva. El general De Gaulle huía del Elíseo para ir a asegurarse del apoyo de las tropas estacionadas en Alemania. Un momento, el Estado vaciló. Pero los sindicatos representativos (C.G.T., C.F.D.T., FO.) atenuaban las tensiones gracias a la apertura del diálogo social, de las negociaciones. La C.N.T. denunciaba estas posiciones publicando en el C.S. con fecha del 6 de junio el panfleto siguiente, difundido en la región parisina. «DEL DIÁLOGO A LA AUTOGESTIÓN Ni las potentes manifestaciones de los estudiantes, ni los millones de trabajadores en huelga, ni los imperativos que han provocado la psicosis revolucionaria actual, nada ha aclarado a los dirigentes de las centrales “representativas” sobre las verdaderas aspiraciones del pueblo. Siguen dialogando sobre aumentos de salario variable según las empresas y con respeto de la sacro-santa jerarquía. En cuanto a la disminución de la duración del trabajo, todo lo que han “arrancado” resulta netamente insuficiente. Cómo se puede admitir un diálogo fuera de la garantía absoluta del empleo, por la reducción permanente del tiempo de trabajo en función del progreso técnico que debe permitir la subida del poder adquisitivo, comenzando por las clases más desfavorecidas. Es pues fuera de estos “cargos electos” sindicales (no pueden hablar sino en nombre de un 14% de la población activa) que los trabajadores deben continuar con los estudiantes el combate contra las estructuras escleróticas de la sociedad capitalista. Sud-Aviation de Nantes da el ejemplo a seguir preconizando la reanudación del trabajo sobre la base de la gestión obrera. La Confederación Nacional del Trabajo expresa tu satisfacción por esta feliz iniciativa que lleva a la práctica lo que algunos rechazaron como “fórmulas vacías”. [8]» En el número fechado el 20 de junio, la C.N.T. responde “No a las urnas” a las elecciones legislativas anticipadas, hace un nuevo llamamiento, “Organicemos la autogestión”, mientras que un artículo analiza la huelga general: «En primer lugar, en el levantamiento de los estudiantes vemos una aplicación especialmente espectacular de la acción directa. La acción directa ha dado a conocer al país entero, desde hace tiempo hastiado por los habituales métodos de debate o de negociaciones, que existen otras formas de acción y pueden ponerse en práctica. Los estudiantes-enseñantes han dado aquí una lección a los obreros, prisioneros de sus organizaciones reformistas. En segundo lugar se ha hablado, aquí y allí, de participación en la gestión de las empresas... Esta participación en la gestión o cogestión, si se hiciera, sería un primer paso hacia el verdadero objetivo que debería ser el de los sindicatos de toda obediencia, me refiero a la gestión obrera. Ésta, de la cual la iniciativa es pura y enteramente de origen libertario, ha sido ya discutida en dos ocasiones en Francia, en el 36 y en los primeros movimientos de huelgas que tuvieron lugar inmediatamente después de la liberación... En tercer lugar, finalmente, la idea de la organización por la base.» 4 - LA HORA DE LOS BALANCESEl movimiento daba a partir de junio señales de agotamiento. En el número del 27 de junio, la C.N.T. critica el comportamiento de sepultureros de la revolución del partido comunista. «LOS IZQUIERDISTAS Esta palabra no quiere decir nada, no tiene significado, no tiene más sentido que las palabras: izquierda, derecha o centro. Ahora bien el P.C. y la C.G.T. lo utilizaron como una clase de espantapájaros de gorriones, de hombre-lobo para los miembros poco evolucionados. Pensaron, después de otros, que cuanto más incomprensible es una palabra más efecto hará en los espíritus retrasados. El problema es que los espíritus retrasados están en disminución en este tiempo y esto explica el mal humor del P.C. inmediatamente después de la primera vuelta de las elecciones legislativas. (...) Durante todos los acontecimientos de mayo-junio, el P.C. y su apéndice la C.G.T. no hicieron más que frenar, cuando no la han combatido, toda acción popular que no estaba bajo su patrocinio. Además, no dejaron de atacar a las distintas formaciones que tomaban una posición delantera; sus amigos de la C.F.D.T. y Del P.S.U. saben algo. Bastaba con hablar de autogestión para ser calificado de provocador y los que desfilaban detrás la bandera negra de la anarquía no eran más que aventureros que volvían la espalda a la democracia y al socialismo. (...) Los que asistían a la manifestación del 13 de mayo en París [9] deben reirse de estas elucubraciones: sobre todo cuando se sabe que las banderas negras y rojinegras, la pancarta de la C.N.T- A.I.T. en cabeza, estaban delante de la C.G.T. a pesar de los servicios de orden de esta última, que había querido imponer sus directivas. Hasta habríamos podido retomar las palabras de Cohn-Bendit, que decía la noche del 13 de mayo a la Mutualidad: “estaba en cabeza de una manifestación en la cual los canallas estalinistas estaban a la cola”.» Las elecciones y las vacaciones [10] anunciaron la muerte del movimiento. Al regreso, las “masas” estaban en el trabajo o en la escuela. Sin embargo, aunque solamente una minoría proseguía su acción, las ideas de mayo iban a entrañar verdaderas convulsiones en la vida cotidiana. Durante varios meses, toda la prensa publicó comentarios, análisis, lecciones de mayo del 68. Entre las publicadas en caliente, uno puede leer en el número del 22 de agosto, un balance bajo el título “la etapa 68”. «LA ETAPA 68 La revolución no puede basarse en la utopía y el sueño, sino al contrario sobre realidades que requieren la constitución de programas y fuerzas suficientemente impregnadas entre la población para garantizar el éxito. En 1936, Durruti en España declaraba: “no espero ninguna ayuda de ningún Gobierno del mundo”. ¿No podía ser de otra manera, cómo una revolución libertaria podría obtener la ayuda de un Estado cualquiera, cuando es la destrucción del Estado lo que buscamos por la revolución? La traición de los sindicatos enfeudados por el poder permitió sabotear la evolución de mayo de 1968. Debemos pues liberar a la clase de los trabajadores y mostrarles hasta qué punto han estado engañados por los mismos que incluso se pretendían sus defensores. Nuestra acción pre-revolucionaria consiste, actualmente, en liberar las mentes, en dar su verdadera expresión a la palabra humanidad; la preparación de la acción revolucionaria consiste en forjar el hierro que nos permitirá, mañana, cuando tengamos la fuerza, cuando nuestros programas de sociedad futura reposen sobre bases certeras y sean comprendidos por un gran número de trabajadores, venciendo, con certeza, a todos los malhechores de la clase proletaria. Nuestra tarea de propagandistas es inmensa, corresponde a todos nuestros camaradas participar, nuestra esperanza sólo se basa en el esfuerzo permanente y diario que sólo puede permitirnos encontrar audiencia del lado de los trabajadores inconscientes, destinados a la esclavitud y a la sumisión. Si queremos que la sociedad de mañana conozca finalmente la justicia y la libertad, debemos participar, hoy mismo, en la más grande difusión de la verdad, en el menosprecio del capitalismo, del Estado y de sus secuaces pseudo-sindicalistas que dirigen las fuerzas obreras hacia callejones sin salida. Debemos crearnos, cada vez más, grupos de simpatizantes, hacer evolucionar éstos de grupos de simpatizantes a grupos de militantes. El militantismo es el nervio de la revolución real y completa de mañana; la liberación del pueblo no puede venir sino por la liberación de los trabajadores. No participar en esta tarea, hoy mismo, después de la lección de mayo de 1968, es renunciar a la revolución liberadora de mañana. (...) Al bollo de leche de los lacayos, preferimos el pan del trabajo. A la injusticia de los grandes y de los sometidos de este mundo, nos oponemos nosotros, trabajadores anarcosindicalistas, nuestro espíritu revolucionario por un nuevo mundo en el que las bases de la justicia liberarán a los trabajadores de la esclavitud disfrazada que sufrimos.» CONCLUSIÓNMas de cuarenta años después, se puede constatar la lucidez y la actualidad de estos textos. Los hechos por otra parte probaron que las conclusiones avanzadas por las anarcosindicalistas de la época eran ampliamente exactas. Uno no se asombrará pues de que mayo del 68 haya traído al anarco-sindicalismo, representado por la CNT-AIT, una nueva generación de militantes. Con todo, globalmente, el discurso de los militantes de la CNT encontró un escaso eco tanto en la sociedad en general como en el movimiento libertario. Este último demostrando una deficiencia de análisis, participaba mayoritariamente en la CFDT[11] ¡creyendo hacer la Revolución! ¡Error estratégico fatal al movimiento si lo fue! Entonces, ¿los cenetistas simplemente han tenido la culpa de tener razón demasiado pronto? ¿Al movimiento libertario le faltaba en el fondo una verdadera voluntad revolucionaria? ¿Faltó la reflexión sobre los problemas planteados? Las cuestiones permanecen planteadas, al igual que las de saber cómo el movimiento de mayo del 68 puede instruir nuestro militantismo de hoy. En nuestra opinión, si una idea-fuerza resulta de todo este período, es la de la necesaria coherencia entre los objetivos indicados y la práctica diaria y organizativa. Si la continuación de mayo del 68 fue un fracaso, fue en gran parte porque teniendo al mismo tiempo discursos hiperrevolucionarios, los militantes hacían la elección de métodos organizativos y prácticas reformistas. En la actualidad, los libertarios, los revolucionarios, o simplemente toda persona consciente de los callejones sin salida sociales en los cuales el sistema nos acorrala ¿no debería plantearse una cuestión idéntica, a saber, la de la coherencia profunda entre sus pensamientos y su acción? [11] [1] Recordemos que se trata aquí de la fecha de aparición de Le Combat Syndicaliste. El C.S. se imprimía en linotipia y el plazo de tirada era al menos del orden de una semana. Los artículos se escribieron pues por regla general de 10 a 15 días antes de la fecha de publicación. [2] Antes del mes de Mayo había en las “Juventudes Sindicalistas Revolucionarias”, (que se convertirán más tarde en “Juventudes Anarco-Sindicalistas”), un pequeño grupo en París y otro en Marsella. Después de Mayo, aparecieron nuevos grupos: Lyon, Toulouse... Algunos de las J.S.R. eran estudiantes, pero no todos. [3] Esta llamada no fue entendida, el movimiento libertario permaneció completamente disperso. Una mayoría de militantes estaban en las organizaciones reformistas como Force Ouvrière. [4] Union nacional de los estudiantes de Francia. Sólo había en la época una sola UNEF. La escisión entre socialistas (UNEF-ID) y comunistas (UNEF-SE) sólo vendrá más tarde. [5] No es un sueño, este texto se escribió realmente en... enero del 68. Uno podría casi retomarlo palabra por palabra hoy!!! [6] 6 Había en la época 500.000 parados en Francia, 700.000 en la R.F.A. [7] “Vivir sin tiempos muertos, gozar sin trabas”. [8] “La autogestión es una palabra vacía”, repetían tras sus dirigentes los militantes comunistas y cegetistas [9] Esta manifestación fue la más importante numéricamente de mayo del 68. La anécdota es verdadera. Se encuentran fotografías de las banderas y pancartas de la C.N.T. en la Enciclopedia Alpha, así como en distintos manuales de historia. [10] Hizo especialmente buen tiempo ese verano. [11] Los más viejos permanecerán prudentemente en la FO o en la CGT... |
“Los movimientos estudiantiles de 1968 rompieron costumbres y métodos autoritarios”
Por Pablo Echeverría
La mecha encendida por los jóvenes del Barrio Latino de París corrió como la pólvora por todo el planeta en un año revolucionario, 1968, que vio cómo los jóvenes luchaban por romper los cimientos de la sociedad corrupta en lugares como Berlín, México, Chicago o Praga.
1. Antes y durante el movimiento estudiantil mexicano (del 26 de julio al 2 de octubre de 1968) se registraron importantes batallas estudiantiles en varios estados mexicanos y en la UNAM, pero también a nivel internacional: el Mayo Francés como la chispa, la Alemania que reclama al padre, los EEUU y la contracultura, pero también una importante lucha en Checoslovaquia que se libera de los tanques soviéticos. Pareciera que en 1968 se concentró la gran revolución cultural, económica y política de la década de los años sesenta. México fue sólo una escala de las grandes revueltas libertarias que hicieron temblar a gobiernos y partidos oficiales, superaron la burocracia de los partidos de seudo izquierda y sus líderes y se lanzaron las masas a las calles con demandas contraculturales de liberación política, religiosa y sexual.
2. El movimiento estudiantil que sacudió Francia en mayo del 68 fue la chispa que prendió la pradera. Fue un gran movimiento popular que orilló a De Gaulle a renunciar a su gobierno.[1]Fue paralelo al de EEUU, donde la manifestación contracultural beatnik, junto a la hippie, enviaba desde principios de los 60 mensajes en favor de la vida comunitaria, la libertad sexual y en contra de la mentalidad burguesa. Estuvo presente el movimiento por los derechos civiles al sur de EEUU a finales de la década de los 50, teniendo como líder a Martín Luther King, asesinado en abril de 1968. Estudiantes, y activistas en iglesias, se formaron en ese movimiento o se vieron inspirados por él en su protesta contra la guerra de Vietnam y el servicio militar obligatorio, que a finales de los 60 se convirtió en la gran causa de las marchas estudiantiles.
3. En 1968 la importancia de estas luchas libertarias fue tal que cuando se organizaron las grandes manifestaciones de Berlín (febrero), París (mayo), Chicago (agosto) o Londres (octubre), éstas llegaron a ser los mayores acontecimientos en la vida política de las naciones implicadas. Las poderosas batallas de la oposición estudiantil jugaron un papel decisivo en el proceso que obligó al presidente de los EEUU Johnson como al general De Gaulle, a abandonar el poder, así como el fracaso del gobierno laborista inglés de Wilson. Si bien todos esos movimientos fueron reprimidos con brutalidad cimbraron a los gobiernos y cambiaron las costumbres y las formas autoritarias de gobierno. La revolución en la familia, en la escuela y demás instituciones transformaron desde la raíz a dominados y dominantes, a autoridades y subordinados.
4. Las protestas en Alemania, encabezadas por el anarquista Rudy Dutschke, tuvieron una diferencia con respecto a las que se registraron en el resto del mundo.[2]Los padres fueron confrontados y cuestionados por su pasado nazi. "¿Papá, qué hiciste en la guerra?", era la pregunta antifascista de los estudiantes que querían rasgar el velo de silencio que había protegido a muchos cómplices de los nazis durante la posguerra . La protesta contra el pasado era definida como antifascismo y éste a su vez se interpretaba como antiimperialismo y anticapitalismo, puesto que se veían las raíces del fascismo en el sistema capitalista. El filósofo Marcuse, así como la llamada Escuela de Frankfurt, mantuvieron una gran influencia en el movimiento estudiantil alemán y las repercusiones de ese movimiento llegaron a la conformación de grupos radicales.
5. La Primavera de Praga de agosto de 1968 fue terrible; aunque no fue un movimiento estudiantil, golpeó mucho a los izquierdistas que luchaban en ese movimiento mundial. Moscú aplastó con sus tanques a los aperturistas encabezados por Alexander Dubcek, que trató de instaurar un "socialismo con rostro humano" en Checoslovaquia. Fue Dubcek quien en enero de 1968 ganó al presidente checoslovaco, Antonin Novotny, el pulso como primer secretario del Partido Comunista, mientras que poco después otros reformadores, como Oldrich Cerny y Josef Smrkovsky, se alzaron a la presidencia del gobierno y del Parlamento, respectivamente. Hoy podría decirse que esa lucha renovadora y reformista de Praga abrió el camino de las profundas transformaciones que 20 años después harían caer al falso “socialismo” de una burocracia política.
6. En México se grita como consigna: “Dos de octubre no se olvida” para recordar aquel asesinato de estudiantes por el ejército al mando del gobierno, el dos de octubre de 1968 en Tlatelolco, Ciudad de México. La realidad es que aquella tarde, durante media hora llovieron balas a diestra y siniestra (como si fuera una guerra) contra los miles de estudiantes y trabajadores que nos manifestábamos en la Plaza de las Tres Culturas contra el gobierno represor encabezado por Díaz Ordaz. Al gobierno le importó un bledo que hayan niños y ancianos acompañando a los jóvenes; miles tuvimos que correr como locos entre los altos edificios, otros tirarse al piso para evitar que una bala los atravesara. Hoy aquellos jóvenes tienen más o menos 60 años y son pocos los que han conservado su rebeldía porque el Estado, siempre hábil, tuvo la capacidad de absorber a muchos y simplemente mediatizar a otros para que olviden aquella “rebeldía juvenil”.
7. Pero los movimientos, como el de 68, no se miden por los miles de jóvenes que “cambiaron de camisa” en la primera oportunidad o porque muchos de sus líderes diez años después, hayan comenzado a escalar cargos dentro de los diferentes gobiernos o partidos. Los movimientos sociales valen o trascienden por su participación y por su significado: el movimiento ferrocarrilero, la huelga médica, las protestas contra los fraudes electorales en 1988 y 2006, el levantamiento zapatista, las batallas de la CNTE, el gran movimiento de Oaxaca. Importa poco que los líderes al final se hayan vendido y traicionado o que puedan hacerlo en el futuro; lo importante es lo que el movimiento aporta o ayuda para el desarrollo de la conciencia de lucha de las masas. Y no puede ser de otra manera. La carrera no es de 100 metros planos, sino de 10 mil. Como el ejemplo de tren: unos suben otros bajan y otros continúan de acuerdo al camino escogido.
8. Es importante subrayar y recordar que el año de 1968 fue de rebeldía en todo el mundo, no solamente en México. Tampoco fue sólo 1968, sino toda la década de los sesenta fue liberadora. No solo fue la lucha política en las calles, en las plazas y las escuelas, también fue (sobre todo) la batalla cultural de los jóvenes y las mujeres por romper contra la sociedad tradicional autoritaria y opresiva de los gobiernos, los empresarios, el clero, la familia, la escuela y el partido. La década de los sesenta fue una revolución cultural y política en los EEUU, en Francia, Alemania, Checoslovaquia; tanto en el mundo capitalista como al interior del llamado bloque socialista. Y en esa revolución fueron los jóvenes (los de la etapa más revolucionaria y transformadora de la vida) los que comenzaron a echar abajo el pensamiento y comportamiento viejo y tradicional. ¡Viva los hippies, los Beatles y los Rolling, la sicodelia, el amor libre, la libertad!
9. Sartre y su existencialismo, el Che y su humanismo, China y su maoísmo, Bakunin y su anarquismo y el filósofo crítico Marcuse, se convirtieron en bandera de los jóvenes luchadores sociales de entonces. “Prohibido prohibir” significó la plena libertad que iba unida a la “conciencia de la necesidad” de Marx. Los que militábamos en partidos marxistas radicalizados y pasábamos de los 25 años hacíamos esfuerzos por entender a aquellos jóvenes que dejaban sus hogares para organizar sus comunas, que rompían con su trabajo y sus ingresos para laborar en colectividad, que luchaban contra el consumismo y gritaban que había que hacer el amor y no la guerra y que con su guitarra, su pintura, su folklorismo y su rock, pensaban que podrían derrotar el capitalismo hipócrita y destructor de la humanidad. Si bien los acontecimientos políticos fueron los más difundidos, la revolución cultural fue la transformación real.
10. En México los gobernantes priístas se opusieron y reprimieron con brutalidad aquellos movimientos; los pocos líderes del panismo (casi inexistente entonces) se santiguaban y se solidarizaban con las condenas de la Iglesia alarmada por la destrucción de los valores de la familia, de la religión y del respeto a la autoridad. La izquierda oficial, entre ésta el PPS de Lombardo Toledano y los prosoviéticos, condenaron el movimiento porque “servía al imperialismo yanqui”. Los maoístas y anarquistas sintieron que el gran movimiento libertario mundial de 1968 les pertenecía. No fueron solo los anarquistas Dutschke (Alemania) o Cohn/Bendit (Francia), líderes en sus países (seguidores del pensamiento de Marcuse y Bakunin), sino fueron las grandes masas estudiantiles las que se opusieron al gobierno, a los empresarios y a las burocracias de los partidos de derecha y de izquierda que buscaban negociar y frenar la lucha.
11. En tanto que para cientos de miles de jóvenes las batallas de 1968 fueron su inscripción al movimiento social y político, muchos llevábamos varios años en militancias políticas en grupos del movimiento social, es decir, no electoreros. Sin embargo iniciado el movimiento los partidos y organizaciones de izquierda tradicionales nada pudieron hacer porque el movimiento los rebasó. Más aún, decenas de compañeros tuvimos que hacer a un lado la vieja militancia para ser un activista más del movimiento que tanto necesitaba de participantes. Los partidos, se decía, eran “los condones de la libertad”. Los jóvenes, por el contrario, buscaban romper con todas las ataduras que les impedían actuar con libertad. Ante una prensa vendidaza al capital, una radio y TV que sólo informaba lo que convenía al gobierno, decenas de miles de jóvenes salían todas las noches a dejar en cada casa un volante que orientaba acerca de la lucha estudiantil.
12. El dos de octubre, faltando diez días para inaugurar los llamados Juegos Olímpicos en la ciudad de México, el gobierno acudió a la represión y masacre del movimiento estudiantil que se había iniciado el 26 de julio. El dos de octubre fueron asesinados unos 25 según reconoció el gobierno, pero más de cien según dijeron los estudiantes. Creo que nunca se sabrá la verdad porque todas las pruebas, huellas y señales (como es la costumbre de la autoridad en estos casos) fueron borradas inmediatamente. Pero juramos no olvidar aquella masacre en que fueron muertos muchos de nuestros compañeros que al parecer hoy sólo es un simple recuerdo. Fueron batallas realmente heroicas la de los brigadistas, así como los mítines en los mercados, la repartición de volante, el boteo, las carreras para huir de la policía, las pedradas y las mentadas de madre, el secuestro, el uso y la quema de varios autobuses; las combativas asambleas que terminaban al amanecer, las familias siempre solidarias.
13. A pesar de los asesinatos y encarcelamientos, así como de la persecución de muchos dirigentes, el movimiento estudiantil de 1968 (sobre todo la década de los años sesenta) fue un corte histórico, un antes y después para analizar los problemas políticos y sociales del país en el siglo XX. La rebelión juvenil actual de los punk, anarquistas, “altermundistas”, ambientalistas, feministas, etcétera, tiene sus orígenes en aquel gran movimiento liberador en el interior de la familia, de la escuela, la iglesia y los partidos políticos. El autoritarismo y el despotismo de los hombres respecto a las mujeres, de los padres en la relación con los hijos, de los funcionarios públicos con relación a la gente, de los profesores respecto a sus alumnos, de los empresarios para con los obreros y del gobierno y los partidos respecto a sus electores y militantes, comenzó a cambiar en la siguiente década y ha avanzado en muchos sectores. Desafortunamente ese despotismo y autoritarismo aún persiste en las entidades y sectores más domesticados.
“Breve explicación del Mayo Frances”
INTRODUCCIÓN
El Mayo del 68 Francés no es un hecho aislado sino que se integra en los importantes acontecimientos ocurridos a lo largo del año 1968, tanto en países del 3º mundo como en los países capitalistas o en los de economía socialista. En los 3 mundos se produjeron en 1968 sucesos que acaparan la atención mundial y que tienen un rasgo común: Fueron revoluciones fallidas, aplastadas por el poder, pero que a la larga acabaron influyendo en el poder mismo y, desde luego en la evolución de las sociedades.
La revuelta estudiantil francesa del 68 no se puede entender si no tenemos en cuenta hechos como: las protestas estudiantiles mexicanas que condujeron a la matanza de Tratelolco, la invasión soviética de Checoslovaquia en el verano del 68, las revueltas estudiantiles en las universidades norteamericanas, o la violencia racial que se produjo en EE.UU tras el asesinato de Martín Luther King.
Por esto, aunque algunos piensen en Mayo del 68 como un acontecimiento histórico solitario, sin raices ni cultura, la realidad es muy distinta. Mayo del 68 viene de lejos, es la versión francesa y, por tanto, especial de una revolución cultural que comenzó a finales de los 50 y finales de los 60. La novela es la primera que lanza las primeras señales revolucionarias, después vendrá el cine, la música con los Beatles, seguidos por los grupos de la costa este norteamericano. En rock, las guitarras eléctricas y las minifaldas barren el mundo.
1.-SITUACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA DE LA FRANCIA DE LOS 60
Esta situación la explica Serge July, fundador de la izquierda proletaria y uno de los intelectuales del Mayo Francés, cuando dice: “ Esta Francia, dominada por el gaullismo modernizador que ostenta el poder y por un comunismo arcaico en la oposición, fue como un congelador para la sociedad ¡Que nada se mueva durante la modernización! Era la consigna de aquella época. De Gaulle y el PCF reinan en el país. Antiamericanismo y conservadurismo cultural y social son los dos pilares de este eje que gobierna las energías y los pensamientos.
Este dúo genera en el país un ambiente asfixiante y esta religión de jerarquía que simbolizan De Gaulle y su régimen es vivida por los franceses como un agobio. Francia no se aburre, se ahoga que no es distinto. Por eso, la revolución cultural surge de golpe y porrazo y es, ante todo, una revolución antiautoritaria.
2.-SINGULARIDAD DEL MAYO DEL 68 FRANCÉS.
Como de costumbre Francia nunca hace nada como las demás, ya sea la revolución cultural de los 60, ya sea otra cosa. Si todas las revoluciones tienen un contenido utópico, en el Mayo Francés esta característica domina sobre las demás.
Es la revolución imposible. Jean Genet decía que la victoria sólo vendría con las banderas rojas y negras de los anarquistas, pero también habría que quemarlas algún día. La ideología del Mayo Francés es una mezcla de exaltación de la juventud y de rechazo a la autoridad y a la jerarquía.
El Mayo Francés fue un éxito sobre todo de los medios de comunicación. Los carteles, eslóganes, fotos, graffittis, etc...dieron la vuelta al mundo, dando la impresión de que las palabras y la imaginación eran más importantes que los hechos.
3.-SE INICIA LA REVOLUCIÓN
Mayo del 68 comienza exactamente un año antes, el 22 de marzo del 67 día en que algunos estudiantes de Nanterre, se encerraron en protesta contra los reglamentos internos de la universidad. Una intervención policial y una negociación hicieron que las aguas volviesen a su cauce.
Un segundo incidente importante tuvo también como escenario el centro universitario de Nanterre. El ministro de la juventud y el deporte, François Missoffe, fue objeto en Nanterre de un abucheo mayúsculo y mantuvo un tenso diálogo con un estudiante
alemán nacido en Francia, cuyo nombre sería inseparable de los hechos del Mayo francés: Daniel Cohn- Bendit.
Coh-Bendit, o Dani “El Rojo” (llamado así comúnmente a causa de sus ideas y porque era, y es pelirrojo) junto a otros estudiantes funda el llamado “ movimiento 22 de marzo”.
Los del 22 de marzo no eran quizás los más importantes ideológicamente pero los hacía fuertes la fascinación que producía los brillantes planteamientos con que Coh-Bendit exponía y aclaraba los problemas y como los agitaba.
Coh-Bendit mostraba una libertad de pensamiento y de crítica audaz imposible de encontrar en otros movimientos estudiantiles ligados a sindicatos o partidos.
4.-EL ESTALLIDO
Mayo del 68 estalla en realidad el 22 de Abril, cuando el grupo de Dani decide ocupar Nanterre para protestar contra la detención de varios estudiantes universitarios y de secundaria acusados de atentar con explosivos, más ruidosos que otra cosa, contra empresas norteamericanas de la capital francesa.
El día 28 el decano, ordena el cierre de la facultad, a lo que los estudiantes responden, proclamando el boicot a los exámenes parciales de abril, decisión que provoca el enfrentamiento con los estudiantes de derechas que califican la agitación de Nanterre de “terrorista”.
La tensión aumentó cuando se conoció la noticia del atentado sufrido por un líder estudiantil en Berlín. En el curso de la manifestación de protesta por ese hecho surgen importantes enfrentamientos entre jóvenes de extrema derecha y extrema izquierda.
El día dos de mayo los estudiantes de derechas deciden asaltar Nanterre y se cierra oficialmente por segunda vez la facultad..
En este momento de tensión los “comunistas”, que no aprobaban el movimiento estudiantil porque escapaba su control, se reúnen en Nanterre en un Comité de Defensa dispuesto a hacer frente a los provocadores.
Todo fue inútil porque la agitación se había trasladado a París. La Policía interviene y surgen las primeras barricadas que serían tan características del Mayo del 68.
Uno de los hechos que más admiración causa en Mayo del 68 es que estas barricadas nunca fueron combatidas ni defendidas con armas de fuego, que nadie empleó pese a la violencia suscitada.
Entre el día 3 y 11 de mayo la revuelta se extendió por todo el barrio latino. El día 3 la policía detiene a Coh-Bendit, entra en la Sorbona y desaloja a los concentrados con gases lacrimógenos. Se registran los primeros heridos, algunos de ellos graves. El día 4 se cierra la Sorbona y los choques entre estudiantes y policía crecen violentamente. Muchos estudiantes son detenidos y condenados por lo general a penas ligeras. Estas detenciones se toman como pretexto para convocar nuevas manifestaciones y declarar una huelga general hasta la liberación de los detenidos.
El día 7 fue un día importante y de grandes peligros para todos. Una importante manifestación de estudiantes recorrió los barrios centrales de París y llegó hasta las inmediaciones del Elíseo, residencia oficial del presidente de la República. Se llegó a pensar que los estudiantes entrarían a la fuerza, como anteriormente los revolucionarios habían penetrado en Versalles o en las Tullerías. Al final nada de eso pasó.
Durante el día 8 se comienza a entablar relaciones y se empieza a negociar para la reapertura de la Sorbona.
El día 10 fracasa la negociación entre el rector y los estudiantes que exigen la liberación de los detenidos. Estalló entonces la más dura noche de barricadas de París. Después de terribles violencias y graves enfrentamientos; la policía ganó terreno acosando y persiguiendo a los estudiantes incluso hasta en el interior de los apartamentos.
El día 11 de mayo el primer ministro George Pompidou, antiguo profesor de letras toma en sus manos los asuntos del estado. Pompidou cedió un poco y el día 13 se reabre la Sorbona.
Los estudiantes la ocuparon inmediatamente y esta vez de manera absolutamente organizada, instalándose en ella un poderoso comité de ocupación. Forman parte de este comité los verdaderos impulsores del movimiento; jóvenes trotskistas, anarquistas y maoístas. Es una comuna estudiantil a la que grupos de obreros comienzan a acercarse.
Se comienza a buscar la unión entre obreros y estudiantes, pero los sindicatos no aceptan la dirección estudiantil, cuyos representantes, en la mayoría de los casos, son los más duros críticos de comunismo. Pero el peso de los acontecimientos arrastra a la CGT y CFDT y llegan a una cuerdo con los estudiantes, que culminará en una gigantesca manifestación a la que se unirá la federación de profesores y maestros.
5.- SOLIDARIDAD OBREROS-ESTUDIANTES
Un elemento nuevo en el conflicto surgió con la huelga de la fábrica Sud-Aviation de Nantes. Los obreros ocupan la fábrica e inmovilizan en ella al director y a sus más próximos colaboradores.
La huelga de Nantes se extendió, a través de la siderurgia a casi todas las industrias de Francia.
La máxima agitación huelguística se concentró en Paris en Renault. A esta célebre fábrica se dirigieron los estudiantes con la idea de unirse a los obreros, pero la verja no se abrió. Se hizo evidente que los obreros, de manera instintiva, confiaban más en sus dirigentes que en las proposiciones exaltadas de los estudiantes. Era el 16 de mayo y se vio que los sindicatos bloquearían toda unión entre obreros y estudiantes.
El 20 de mayo Francia se encontraba paralizada, hasta el extremo de empezar a escasear los artículos de primera necesidad: gasolina y subministro eléctrico. Durante estos días la comuna estudiante por su parte, conseguía en el teatro del Oreon y en la Sorbona su original revolución, plena de ideas, pocas veces aplicadas pero expuestas de manera acalorada y aún contradictoria.
El presidente De Gaulle pronuncia un discurso apaciguador y razonable, pero no logra influir en el curso de los acontecimientos, que pareció abandonar a su destino. El presidente y su gobierno estaban dejando que la situación se pudriera por si sola ya que no estaban dispuestos a emplear la gran violencia.
El 25 de mayo el gabinete Pompidou aceptó abrir negociaciones con los representantes de los obreros. La huelga que se alargaba empezaba a crearle una reacción favorable al gobierno, mientras que el paro de la producción castigaba a patronos y obreros. En estas condiciones la discusión se hizo rápidamente constructiva. El 27 de mayo se firman los acuerdos de Grenelle. Pero ahora es necesario presentar estos acuerdos a la aprobación de los obreros y estos dieron como respuesta un no rotundo. En estos momentos parece existir un vacío de poder que aprovecha François Miterand para pedir la retirada del general De Gaulle y presentar su candidatura a la presidencia de la República.
El 29 por la mañana el general De Gaulle desaparece sin asistir si quiera al consejo de ministros. Para la mayoría de los franceses esta desaparición adquiere un aspecto dramático. Los gaullistas convocan para el día 30, sin saber si De Gaulle volverá o no una manifestación para la defensa de la república. El desfile fue un total éxito.
De Gaulle regresa y se dirige al país por radio, como en los años difíciles de la guerra, a fin de conseguir el máximo impacto y promete a los franceses que no se retirara. A partir de entonces la vida normal se reestablecía.
El día 12 de Junio se prohibieron todas las manifestaciones y los grupos de extrema izquierda y todos los grupos de extrema izquierda fueron disolvidos. El 16 de Junio, los estudiantes volvieron a las aulas de la Sorbona. El día 30 de Junio, las elecciones legislativas dieron una mayoría aplastante al partido gaullista.
CONCLUSIÓN
Mayo del 68 fracasó como revolución, pero transformó la sociedad francesa y las sociedades occidentales. Cuestiones tales como el reconocimiento de los derechos de la mujer, la liberalización de las costumbres, la democratización de las relaciones sociales y generacionales, destrucción del autoritarismo en la enseñanza, cristalizaron en la sociedad.
“Otoño Caliente Italiano en 1969”
Extraído del texto “Guerrillas autónomas en Italia” del sitio Barricada Libertaria.
En 1960 en Italia el periodo económico favorable había terminado y comenzaban los enfrentamientos en las calles. El gobierno presidido por el demócrata cristiano Tambroni, intentó reprimir estos enfrentamientos pero fracasó en el intento. Muchos manifestantes son asesinados por la policía en Génova, Roma, Módena, Reggio Emilia y Catania calentando aún más los ánimos.
En 1963 los socialistas entran en el gobierno. La represión cesa. Los sindicatos comienzan a negociar con la patronal. A lo largo de la década van dejando gradualmente de representar a los trabajadores. En el "otoño caliente" de 1969 los trabajadores de las fábricas comienzan a organizarse autónomamente mediante huelgas salvajes, ocupaciones de fábricas, etc. Y esta situación duró, con varios periodos de flujos y reflujos, hasta principios de los años ochenta.
Nacen numerosas organizaciones marxistas-leninistas como por ejemplo Servire il Popolo. El movimiento anarquista trata de reorganizarse a través de la FAI (Federación Anarquista Italiana).
En 1968 se produce un relanzamiento general de las organizaciones políticas siguiendo la estela de las luchas de mayo en Francia. En Italia son los anarquistas quienes muestran el mayor desarrollo, pero es un movimiento lleno de contradicciones y desilusiones.
En 1969 nace Lotta Continua y a continuación Potere Operaio. Es ese el año de la masacre de Piazza Fontana en el que una bomba explota en una céntrica plaza de Milán provocando 18 muertos y decenas de heridos. El gobierno encuentra rapidamente sus chivos expiatorios en dos anarquistas a quienes acusa de colocar la bomba. El movimiento encuentra la unidad de acción en la defensa de estos dos acusados.
En este mismo año se produce una revuelta masiva en las prisiones que dura hasta 1972. Tras un período de pausa reemerge en 1973 y da vida a todo un movimiento de militantes presos.
En 1970 ocurre la revuelta de la población de Reggio de Calabria, pero los fascistas tienen éxito en tomar la lucha debido a la falta de eficacia de las organizaciones políticas del movimiento.
Ya han nacido las primeras organizaciones en constituir un punto de referencia para la lucha. Entorno a 1970 se formaron los Gruppi di Azione Proletaria (GAP) en Génova. Potere Operaio los apoya pero Lotta Continua los condena. Es en este momento cuando comienza la degeneración de esta última organización, terminando en un escuálido izquierdismo, para desaparecer completamente como movimiento poco después quedando sólo un pequeño grupo de personas entorno a su periódico.
Durante el mismo período Collettivo Metropolitano desarrolló de forma similar a las Brigate Rosse o Brigadas Rojas originarias (de naturaleza stalinista en la que se mezclan diferentes corrientes de leninismo): Nuclei Armati Proletari (NAP), Prima Linea, Azione Revoluzionaria, Nuclei Combattenti Comunisti, etc. Estos grupos por su parte influyeron en la propia estructura de las Brigadas Rojas provocando que sus grupos actuaran autónomamente de acuerdo con una dirección estratégica. Cada grupo elaboraba sus propios análisis y planes de acciones, luego se los mandaba al comando estratégico que los estudiaba y los devolvía con sus correspondientes observaciones. Los grupos individuales podrían no estar de acuerdo con el comando estratégico y desarrollar análisis y acciones que no tenían su aprobación. La represión forzó a las Brigadas Rojas a reconsiderar esta estructura favoreciendo un modelo más cerrado, lo que a su vez favoreció las infiltraciones policiales que acabaron eventualmente con las Brigadas Rojas.
El modelo más abierto es el que fue aplicado por los otros grupos, con distintos niveles de convicción y éxito. Esta ruptura con el modelo rígido de las Brigadas Rojas se puede observar en las acciones de los NAP (y en sus documentos teóricos y organizacionales), y en los análisis producidos por Prima Linea. Aquí el leninismo estaba más diluido y la autonomía de sus grupos era mayor.
Por su parte Azione Rivoluzionaria intentó desarrollar su teoría y organización en una dirección libertaria y a menudo llegó a hacer referencias explicitas al anarquismo.
Junto a estas organizaciones que funcionaron en la época con mayor o menor grado de coordinación entre ellas, existieron una infinidad de pequeños grupos y de militantes individuales que, sin hacer referencia a ninguna organización y a menudo utilizando nombres inventados, desarrollaron un fenómeno de constante guerrilla urbana, constituyendo un interesante punto de referencia para el desarrollo de la confrontación armada en Italia.
[1] (NdeE) Gran parte del estudiantado parisino – que confluyó en el Movimiento 22 de Marzo de inspiración libertaria- pertenecía a los grupos relacionados a la revista Noir & Rouge (Negro y Rojo). Originalmente esta revista fue el órgano de los GAAR (Grupos Anarquistas de Acción Revolucionaria) disueltos en 1961, quedando la revista independiente con su entorno. Su ámbito principal eran los estudiantes universitarios y su posición ideológica anarquista era heterodoxa, interesándose en la experiencia de autogestión en algunos países del Este, la liberación nacional, la guerra de Argelia, etc. A esta revista pertenecieron Daniel Cohn-Bendit (…), y el círculo alrededor de ella ejerció una importante influencia en el movimiento libertario durante los acontecimientos del mayo del 68. Desapareció en 1970.
[2] En 1965 un grupo de estudiantes que venían del anarquismo -entre los que estaba Rudi Dutschke- se unen a la agrupación estudiantil SDS.
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